HUMAN BRAIN PROJECT
Como es ya muy bien sabido, el "Human Brain Project" (https://www.humanbrainproject.eu/) fue iniciado en octubre de 2013 como la contrapartida europea del gran proyecto de investigación cerebral lanzado por la Administración de Obama en los Estados Unidos (véase en este blog la entrada dedicada a la labor de Rafael Yuste en dicho proyecto). Este proyecto retomaba la iniciativa capitaneada por Henry Markram unos años antes y conocida como "Blue Brain" (en España, "Cajal Blue Brain", comandada por Javier de Felipe y otros prestigiosos neurocientíficos de este país). En verano del año pasado, emergió una polémica respecto a la forma de abordar el proyecto puesto que 156 científicos europeos redactaron una carta abierta en la que cuestionaban cómo se está llevando a cabo el proyecto e incluso la distracción de fondos necesarios para otros proyectos más pequeños pero también valiosos de la Neurociencia europea. A pesar de una comunicación realizada por los directores del proyecto el día 9 de julio de 2014, una semana después, seis prestigiosos académicos siguieron manifestando sus dudas críticas. Hasta tal punto ha llegado esta marea crítica que hace unos pocos días (el 18 de marzo), el equipo de directores del proyecto ha aceptado las recomendaciones de un organismo independiente de mediación (liderado por Wolfgang Marquardt), según las cuales, científicos renombrados y directores de organizaciones científicas internacionales, entrarán a formar parte del equipo de gobierno del proyecto y se eliminará el Comité ejecutivo actual.
Hasta aquí, los hechos tal y como se han desarrollado y cómo están afectando a uno de los proyectos europeos de investigación más ambiciosos y caros. El autor de este blog no va a entrar en valoraciones subjetivas acerca de posibles enfrentamientos entre egos y en si los proyectos ambiciosos han de ser especialmente caros o tan aglutinantes que no permitan "respirar" económicamente a otros proyectos también dignos de consideración. También hubo dudas sobre los posibles rendimientos de los dos megaproyectos acerca de la secuenciación del genoma humano y, visto con perspectiva, el desembolso tampoco fue tan desmesurado y las beneficiosas consecuencias se van desvelando poco a poco (obviamente, no se ha encontrado explicación genética a todas las enfermedades ni se han curado muchas de ellas pero adelantos todavía balbucientes, como las terapias médicas por ingeniería genética, se están empezando a abrir camino). Lo que sí deseo poner de manifiesto es la necesidad de dar alas también a la sección SP3 del proyecto dedicada al desarrollo de arquitecturas cognitivas. Creo que en su obsesión por realizar un desarrollo "bottom-up", Markram infravalora e incluso confunde el valor de arquitecturas como SPAUN de Eliasmith y colaboradores (un artículo de este blog será dedicado a esta arquitectura cognitiva). Por supuesto que SPAUN no es un modelo del cerebro humano ni pretende serlo y por supuesto que Dharmendra Modha no simuló nunca el cerebro de un gato. ni se trata de ningún fraude científico. Modelos idealizados como las arquitecturas cognitivas son inevitables y necesarios no solo por motivos de complejidad sino también por una mera cuestión de funcionalidad explicativa, como las idealizaciones de Galileo fueron muy exitosas en el avance de la Física. No hace falta recurrir a la paradoja de Bonini (como hace Marcin Milkowski en "Explanatory completeness and idealization in large brain simulations:a mechanistic perspective") para darse cuenta de que enfoques como el de Blue Brain pueden ser muy interesantes para crear grandes bases de datos de rasgos estructurales del cerebro, con múltiples aplicaciones médicas y fácilmente entrecruzables con los hallazgos de la minería de datos, pero cuando los modelos se hacen tan complicados o más de explicar que las situaciones modeladas, la función explicativa se acaba perdiendo. Algo que sí se consigue con las "gruesas idealizaciones" de las arquitecturas cognitivas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario