El
profesor Alonso es conocido por el
gran público por su importante labor divulgativa en el ámbito de la
Neurociencia. Es algo que, por ejemplo, puede apreciarse en su muy reciente libro
de divulgación, “Historia del cerebro” (http://grupoalmuzara.com/a/fichalibro.php?libro=3692&edi=5). Esta muy
valiosa labor no debe hacernos olvidar su relevante contribución, junto a otros
investigadores punteros del INCyL de
la Universidad de Salamanca y del IBSAL (Institute of Biomedical Research of Salamanca), a la Neurorreparación-aquella parte de la
Neurología que busca paliar los procesos neurodegenerativos-.
Catedrático de Biología Celular y Director del Laboratorio de Plasticidad neuronal y Neurorreparación del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCyL), ha sido investigador posdoctoral y profesor visitante en la Universidad de Frankfurt (Alemania), la Universidad de Kiel (Alemania), la Universidad de California-Davis (USA) y el Salk Institute for Biological Studies (San Diego, USA).
Le
agradezco mucho el que, gentilmente, haya decidido conceder esta entrevista, aún a pesar de sus múltiples
ocupaciones.
PREGUNTAS
-P. Estimado profesor:
en esta entrevista apenas vamos a insistir en su labor divulgadora y sí nos
vamos a centrar en el campo de la Neurorreparación, en el que también es un
gran experto. En Baltanás, Valero,
Alonso, Berciano y Lafarga (2015)
se introducen técnicas que pueden servir para la detección temprana de signos
de alteración del núcleo de células cerebrales como preámbulo para diagnosticar
desórdenes neurodegenerativos. Sorprende que estos cambios pre-degenerativos
aparezcan en neuronas con una citología bien preservada (art. cit., p. 44).
¿Cómo es esto posible? ¿Querría indicarnos algo al respecto y en qué tipos de
patologías podrían aparecer estos signos?
-R. Las
enfermedades neurodegenerativas son uno de los problemas de salud más acuciantes
en los países desarrollados con un dramático coste personal, familiar y social.
Con el envejecimiento previsto de la población la situación va a empeorar por
lo que es imprescindible que reforcemos nuestra investigación en estas
patologías que tienen en común la pérdida de neuronas. El problema es que
cuando aparecen síntomas muchas de las neuronas han muerto o están gravemente
afectadas por lo que era fundamental poderlas identificar antes, cuando quizá
estemos a tiempo de protegerlas o al menos ralentizar el proceso de neurodegeneración.
Hemos aprovechado una estirpe de ratón, los PCD, que tienen una muerte
específica de poblaciones neuronales definidas. Así hemos podido caracterizar
los cambios nucleares y citoplasmáticos que terminan conduciendo a la muerte de
esas células. Es un proceso impresionante en el que las neuronas van tomando
decisiones para intentar protegerse, una batalla que terminan perdiendo. La
buena noticia es que tenemos una plataforma biológica muy bien caracterizada
donde podemos probar cualquier fármaco o estrategia neuroprotectora o, también,
y es en lo que estamos trabajando ahora, intentar sustituir a las neuronas
perdidas en un proceso de neurorreparación.
-P. Precisamente, en Muñoz-Castañeda et al. (2018), se hace
referencia a que la estabilidad del citoesqueleto es básica para la integridad
del cerebelo y su conducta motora y afectiva en ratones mutados. En concreto,
la ausencia de la enzima CCP1 afectaría a la dinámica microtubular y a la
alteración morfológica de las células de Purkinje, llevando a la degeneración
progresiva del cerebelo. Esta degeneración no solo afectaría al comportamiento
motor sino que también acarrearía problemas cognitivo-afectivos. ¿Qué tipo de
problemas?
-R. Durante mucho tiempo hemos considerado al
cerebelo como un componente motor pero también interviene en procesos
cognitivos y emocionales. Nos interesa porque el dato de anatomía patológica
más común en las personas con autismo es precisamente la pérdida de neuronas de
Purkinje. Es posible, por tanto, que algunos de los déficits sociales y
emocionales que presentan las personas afectas de este trastorno puedan deberse
a esa muerte selectiva de células de Purkinje, por lo que es clave entender qué
hace que estas grandes neuronas sean selectivamente vulnerables en este
trastorno.
-P. No deja de ser interesante que el trasplante
de médula ósea no solo se use para remediar patologías que afecten a los
sistemas hematopoyético e inmune sino que también pueda ser utilizado para el
tratamiento de trastornos del sistema nervioso (Díaz, Muñoz-Castañeda, Alonso y Weruaga, 2014). De las múltiples
terapias que reseñan, ¿cuál le parece, a día de hoy, más promisoria a medio
plazo para ser aplicada a seres humanos?
-R.
Hemos probado distintas vías. El cerebro adulto de roedores tiene células madre
y produce una neurogénesis. Sin embargo hemos comprobado que estas nuevas
neuronas no se dirigen a las zonas perdidas por lo que no solucionan el
problema de ese animal. También hemos probado en animales el trasplante de
células fetales. Hemos comprobado que las células trasplantadas se diferencian,
sobreviven y forman conexiones, pero lo hacen entre sí y no con el tejido
hospedador donde querríamos reconstruir los circuitos. La tercera opción, y es
en la que seguimos, ha sido utilizar células madres exógenas. Estas neuronas,
procedentes de médula ósea, se diferencian a distintos tipos celulares
incluidos neuronas y glía y sorprendentemente generan una mejora funcional en
los animales afectados. Sin embargo, el número de células que localizamos en el
cerebro es muy bajo y necesitamos incrementar el número de células que
consiguen atravesar la barrera hematoencefálica. Es una vía prometedora pero
con mucha tarea por delante.
-R. Cajal
es un hombre único, uno de los grandes científicos de la historia, considerado
el padre de la neurociencia moderna. Por otro lado tiene muchas otras facetas:
divulgador, profesor, padre de familia numerosa, militar, escéptico,
anatomopatólogo, inventor, político, fotógrafo, artista y muchas otras más. En
muchas de estas facetas es un personaje relevante pero sigue siendo un
desconocido en muchos aspectos para buena parte de población. Por poner un
ejemplo, un artículo en el New York Times le consideraba un dibujante a la
altura de Leonardo y Miguel Ángel y conservamos
esa obra excepcional, sus ilustraciones científicas, pero está guardada
y nadie la puede ver. Cajal decía que al carro de la cultura española le falta
la rueda de la ciencia y ese Museo Cajal sería un fuente de vocaciones, un
espacio educativo, un homenaje al mejor científico de habla hispana de la
historia.
Le agradezco mucho la concesión de esta
breve entrevista y le deseo lo mejor para su carrera científica en el futuro.
(Esta entrevista fue publicada en SCILOGS de Investigación y Ciencia en febrero de 2019).
Referencias
Alonso, J.R.
(2018). “Historia del cerebro”. Guadalmazán: Córdoba.
Alonso, J.R. y De Carlos, J.A. (2018). “Cajal.
Un grito por la ciencia”. Next Door
Publishers: Pamplona.
Baltanás, F.C., Valero, J., Alonso, J.R., Berciano,
M.T. y M. Lafarga (2015). Nuclear signs of pre-neurodegeneration. En L. Lossi y
A. Merighi (Eds.), Neuronal Cell Death:
Methods and Protocols, Methods in Molecular Biology, vol. 1254, Springer
Science: N. York. Recuperado de file:///C:/Users/Propietario/Downloads/NuclearSignsofPre-neurodegeneration-2%20(1).pdf .
Díaz,
D., Muñoz-Castañeda, R., Alonso, J.R., y E. Weruaga (2014). Bone marrow-derived stem cells and strategies for treatment
of nervous system disorders: many protocols, and many results. The Neuroscientist, August (2014), 1-16.
Recuperado de file:///C:/Users/Propietario/Downloads/Daz2014TheNeuroscientist%20(1).pdf
Muñoz-Castañeda, R., Díaz, D., Peris, L., Andrieux, A., Bosc, C., Muñoz-Castañeda, J.M., Janke, C., Alonso, J.R., Moutin, M.-Jo y E. Weruaga (2018). Cytoskeleton stability is essential for the integrity of the cerebellum and its motor-and affective-related behaviors. Nature Scientific Reports, 8:3072, 1-14. Recuperado de file:///C:/Users/Propietario/Downloads/Cytoskeleton_stability_is_essential_for_the_integr.pdf .
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