Imagen extraída de "Metacognitive confidence: A neuroscience
approach"
(Andrew Luttrell , Pablo Briñol, Richard E. Petty ,
William Cunningham y Darío Díaz)
Revista de Psicología Social, 2013, 28 (3), 317-332.
Los llamados juicios de confianza retrospectiva (JCR) atañen a cómo los sujetos evalúan la probabilidad de que sus respuestas sean correctas Las repercusiones de este tipo de juicios para la vida diaria son relevantes. Pensemos, por ejemplo, en un testigo que, en su declaración ante el juez, afirme que está totalmente seguro de que el acusado cometió el crimen frente a otro que, simplemente, exprese su incertidumbre al respecto. El efecto logrado sobre el interlocutor, desde luego, nunca será el mismo. Los dos aspectos más estudiados respecto a los JCR son los factores que influyen en el grado de precisión de los mismos y el nivel de su calibración. Por nivel de calibración se entiende el grado de ajuste entre el rendimiento real del sujeto en una tarea y su juicio a priori acerca del mismo. Por ejemplo, si el sujeto afirma que cree que ha contestado correctamente al ochenta por ciento de una lista de preguntas y luego se corrobora que, en efecto, ha respondido adecuadamente a 8 de 10 cuestiones, el nivel de calibración ha sido perfecto o total. Lo habitual, sin embargo, es que los JCR se distorsionen hacia la sobreconfianza. La investigación acerca de este tipo de distorsiones tiene sus raíces en los estudios de Psicología de la Probabilidad de hace más de tres décadas. Pero, ¿qué hay en relación con su estudio por la Neurociencia? Pues que podemos decir que es muy reciente y que Pablo Briñol y colaboradores ocupan un lugar destacado. Las áreas del cerebro que parecen ser especialmente sensibles al proceso de realizar juicios de confianza son la ínsula, la corteza frontal orbital, la corteza cingulada posterior, la corteza prefrontal media y la corteza cingulada anterior. Pero hasta qué punto estas partes forman un todo unificado es algo que está por ver. Tanto la corteza prefrontal media (ventral y dorsal) como la corteza cingulada posterior forman parte de la llamada "red por defecto", una zona cerebral que parece más activa en las situaciones de reposo. Autores como Buckner postulan que esta red es relevante en la introspección mental y, por lo tanto, en la actividad metacognitiva. No obstante, por lo que se refiere a los juicios metacognitivos de confianza, estos son confundidos muchas veces en los estudios experimentales con variables psicológicas que expresan ambivalencia o certidumbre. Otro aspecto que la investigación futura debe dilucidar es cómo los patrones neuronales difieren al realizar juicios de confianza y al usar cogniciones de una manera confiada o segura. En cualquier caso, habría que averiguar cómo estos patrones se integran en patrones más extensos que estén en la base de los juicios metacognitivos.